El hambre, la pobreza y la falta de acceso a una educación efectiva significan que millones de adolescentes y jovenes caerán en un circulo de desesperanza y estancamiento que aumentará la depresión, ansiedad, el uso de drogas y alcohol, abandono de los estudios, o sufran problemas emocionales y de salud permanentes entre otras consecuencias si no nos involucramos y rescatamos a nuestra generación. 

Creemos que estos desafíos son son complejos y cambiantes. Pero sabemos que deben ser combatidas con un enfoque integral, buscamos poner fin a todas las formas de pobreza humana. Por esto, nuestras soluciones para el desarrollo programático abordan las necesidades físicas, emocionales y espirituales que ayudarán a salvar vidas, restaurar corazones y transformando generaciones. Súmate, juntos podemos.