No me canso de agradecerle a Dios por la vida de Diego y Tamara. Son líderes poderosos y genuinos, que Dios usa para sanar corazones, para animar al abatido y desafiar a cualquiera que los escuche. Este tan solo es un resumen de todo lo que ellos hicieron por mi. Mi oración es que el ministerio que ambos desarrollan, pueda llegar mucho mas lejos, pues se que hay muchas personas que necesitan de un equipo tan efectivo como el que conforman Diego junto a su familia.
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